COACHING

  1. ¿QUÉ VAMOS A HACER AQUÍ?
  2. ENTREVISTA CON MAURICIO GARITA sobre CONVERSACIONES CON LOS ESTOICOS
  3. ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA VITAL?
  4. ACTIVIDAD I: CONTEMPLE
  5. APRENDER A PENSAR PROBLEMAS. MÉTODO SCIRE+N


1.¿QUÉ VAMOS A HACER AQUÍ?

La vida es siempre nuestra vida. La de cada uno. Y esa vida se compone de todo lo que nos sucede, de lo que pensamos, de lo que sentimos, de lo que vivimos junto a otras vidas que se acercan hasta la nuestra. Y esa vida, la nuestra, va fluyendo de manera continua, como si dispusiéramos de todos los momentos y crédito sin límite. Y, además, pensamos que la controlamos. Cuanto más poderosos o ricos o con mando, más seguros creemos estar sobre ella. Sin embargo, Séneca nos recuerda: Todo nos es ajeno, solo el pasado es nuestro.

En nuestro mundo, en nuestra sociedad, se valoran e incluso se exigen diversas cualidades, alcanzar ciertas posiciones, tener dinero, vestir de unas determinadas maneras y, dependiendo de todo eso, ocupamos un lugar, se nos considera de una manera y nosotros también nos consideramos a nosotros mismos. Nos hacemos una idea e imagen de nuestra vida y con ella transitamos, a veces sin pensarla demasiado, incluso sin pensar en ella, solo viviendo.

Otras veces nos encontramos en la necesidad de decidir, de tomar decisiones, en el trabajo, en la familia, con los amigos, frente a algún imprevisto…, en la vida. Puede pasarnos que ni siquiera podamos decidir, sino que tengamos que hacer lo que otros quieren, por enfermedad, por deber, por accidente u otros motivos.

Acaso suceda que queremos conseguir algo, desde un ascenso a dinero, a una obra de arte o a otra persona y tendremos que poner en práctica sentimientos, emociones, estrategias, deseos… Y frente a nosotros se situarán otros sentimientos, emociones, estrategias, deseos…

Una legión de psicólogos, coaches, aconsejadores, padres espirituales, animadores, terapeutas, consejeros, psicofantes (esta palabra siempre me llamó la atención, significa etimológicamente «denunciador del robo de higos»), animosos y estupefacientes aconsejarán todo tipo de acciones y reacciones fundadas en consolidadas terapias fundamentalmente dirigidas a conseguir la felicidad. Y la felicidad, ciertamente, es el objetivo del ser humano, pero el camino…

Aquí le voy a ir proponiendo diversas acciones y reflexiones desde la filosofía para acompañar en este camino de la búsqueda de la felicidad. No tengo soluciones, pero podemos explorar juntos estrategias. Algunas de las actividades que propongo se contienen en mi libro Manual de Filosofía Práctica, otras las iré proponiendo nuevas

Si tiene tiempo…, puede comenzar por ver esta entrevista que me hace Mauricio Garita sobre otro libro, Conversaciones con los estoicos. Dura mucho, puede verlo poco a poco. Hablamos sobre todo de estoicismo.

2. ENTREVISTA SOBRE CONVERSACIONES CON LOS ESTOICOS

3. ¿QUÉ ES ESO DE FILOSOFÍA VITAL?

NO PODEMOS NO HACER FILOSOFÍA 

Foto de Javier Dorrego

Contéstese a esto:

4. CONTEMPLE

Contemple esta foto. No haga nada más que eso. Contemplar consiste en mirar con atención algo. No juzgue la foto, no se preocupe de detalles técnicos, no intente siquiera dar una opinión. Solo mire.

Foto de Javier Dorrego

Cuando se canse, déjelo. No haga nada más, no escriba nada. Déjelo y vaya a sus cosas.

5. APRENDER A PENSAR PROBLEMAS. MÉTODO SCIRE+N

  • Paso primero: Silencio
  • Paso segundo: Contemplación
  • Paso tercero: Identificación
  • Paso cuarto: Razón
  • Paso quinto: Emoción
  • Nóesis

Para identificar y pensar problemas, le voy a proponer un método. Método significa en griego algo así como «para el camino, según el camino». Los métodos pueden ayudar a iniciar un camino, hasta que uno encuentra la mejor manera de andarlo él solo, que es la única manera de hacerlo.

Nuestro pensamiento es un flujo continuo de todo tipo de sucesos. Le recorren de manera seguida problemas, emociones, sensaciones, presentimientos… Eso nos lleva a confundir unas cosas con otras, salvo que prestemos atención consciente a lo que va sucediendo dentro de nosotros mismos y sepamos distinguir unos de otros.

He denominado a este método SCIRE, con las siglas de cada uno de los pasos y porque scire es una palabra latina que significa «saber». Comencemos por saber para poder actuar. De hecho, eso tampoco pasa en la vida, porque nos llegan continuamente problemas y situaciones que nunca antes habías vivido ni previsto. Realmente los seres humanos somos oportunistas e improvisadores, pero tampoco está mal saber, pensar, anticipar y contar con estrategias para el futuro.

El método SCIRE+N es un método muy sencillo, pero efectivo. Siga las siglas, por otra parte fáciles de recordar:

Silencio, Contemplación, Identificación, Razón, Emoción, SCIRE+N

A lo que añadimos una N de nóesis (visión intelectual, intuición), que será el momento de conclusión y acción.

PASO PRIMERO: SILENCIO

Estamos expuestos continuamente a todo tipo de ruidos, no sólo físicos.

Ruidos del exterior: voces, aparatos que nos atraen, móviles, pantallas, música constante en todos los lugares, televisiones encendidas en todos los locales, coches, gritas, risas, zumbidos de aparatos… Incluso si nos alejamos por el campo, a veces se acierta oír una autopista a lo lejos, un avión, un todoterreno o el motor horrísono de una moto.

Ruidos internos: pensamientos recurrentes, obsesiones, incapacidad para desconectar del trabajo o de determinadas situaciones, dificultad para gestionar el estrés, demasiados estímulos.

Vamos a intentar aplicar unos sencillos pasos para conseguir silencio interno. Cuando tenga una cierta experiencia, podrá ejercitarlo en cualquier lugar, para empezar conviene buscar un lugar tranquilo y… apagar el móvil. El móvil se ha convertido en un cordón umbilical permanente que impide la desconexión con la actividad continua. Sin llegar a ser patología, se ha convertido para casi todos en obsesión. Si practica este ejercicio en el trabajo, quizá no pueda apagarlo, póngalo en modo avión un rato, pero en casa, apáguelo.

Cierre los ojos (más tarde permanecerán abiertos)

         aguante un par de segundos,

         suelte aire,

         aguante un par de segundos.

Así de sencillo. Dos minutos.

Notará sus efectos inmediatamente.

Se trata de conseguir que el marasmo continuo de las inquietudes y preocupaciones pierda vigor. Cuanto más practique momentos de calma y silencio, más fácil será conseguirlos.

PASO SEGUNDO: CONTEMPLACIÓN

Antes de delimitar el problema, de establecer sus fronteras, de saber qué emociones le acompañan, el núcleo es otro. Se trata de contemplarlo. Eso quiere decir ver el problema sin juzgarlo, sin tomar decisiones, sin emitir sentencias. Al fin y al cabo, de pararse a pensar sobre el asunto antes de empezar a tomar decisiones. No se trata de falta de energía ni de dejarlo pasar. Vivimos en una sociedad que promueve la respuesta inmediata y la ausencia de espera. Sin embargo, cualquier cosa que merezca la pena, supone un proceso más o menos largo de incubación, entrenamiento y elaboración. Hasta la comida sabe más sabrosa si reposa lo suficiente.

Proceda de esta manera:

No es el momento de trazar soluciones: Quiero hacer esto, debo actuar así, no puedo hacerlo de otra manera…

Las cuestiones objetivas se resuelven de manera relativamente más fácil, si dependen de nosotros. Sin embargo, impulsar la intención, el empuje para empezar a solucionar algo, se convierte en el gran problema por miedo, por desgana, por indolencia. La mayor parte de las cosas las dejamos de hacer más por inercia que por dificultades reales, porque es más fácil no esforzarse. Y lo digo no tanto por ser vagos, sino porque estamos ocupados, porque llegamos cansados del trabajo, porque… tantas cosas. Sin embargo, lo que atrae nos mueve con fuerza. Aquello que nos apasiona, nos arrastra. Otras cosas nos mueven con mayor o menor facilidad.

Ejemplo de cuestiones objetivas: quiero un coche que cuesta 50.000 euros, tengo que aprobar un examen, tengo que conseguir un objetivo de ventas. Estas cosas tienen soluciones fáciles: ahorre o no podrá comprárselo si no gana bastante; estudie lo suficiente o déjelo; esfuércese en vender, si es eso lo que le interesa, venda hasta a su madre.

Los problemas filosóficos se caracterizan por tener mayor complejidad, por suponer diversas variables que casi nunca se pueden controlar porque afectan a personas y se integran en la vida de las mismas. Otro tipo de problemas filosóficos tienen que ver con el conocimiento, la ciencia, el lenguaje, la justificación de la realidad. Esos se estudian en las facultades de Filosofía. No tienen solución.

Aquí nos interesan estos otros más inmediatos, más cercanos, pero no menos importantes ni elevados. La justificación de la posibilidad y límites del conocimiento no supone ni un ápice de mayor importancia filosófica que los que aquí le propongo.

Ejemplos de problemas filosóficos:

  • Mi hija no quiere estudiar. Dice que se va a poner a trabajar de repartidora de publicidad o marcharse al extranjero a buscarse la vida nada más cumplir los dieciocho.
  • Quiero conseguir un ascenso. El nuevo puesto me ocupará mucho tiempo. También ganaré más dinero. Sin embargo, tendría que dejar algunas aficiones que me gustan mucho y me realizan, incluidas algunas que practico con mi familia.
  • Mi hijo se ha echado una novia que no me gusta nada. Me gustaría saber cómo hacer para que deje de salir con ella.
  • En mi trabajo hay personas que no saben relacionarse, apenas tienen habilidades sociales. No tengo ninguna gana de relacionarme con ellas, sin embargo, lo necesito para sacar adelante el trabajo.

PASO TERCERO: IDENTIFICACIÓN

Cuando nos preocupa algo, tendemos a mezclar las cosas. A veces confundimos causas son consecuencias. Otras veces, damos vueltas intentando que el problema se diluya, que se olvide, que deje de molestar. Gran parte de nuestras decisiones equivocadas se deben a esta falta de precisión en la identificación de los problemas que tenemos, porque tienden a mezclarse diversas cuestiones y sentimientos, con lo que se enredan todavía más las soluciones.

En este paso, una vez que hemos conseguido silencio y que hemos dedicado un tiempo a enfocar el problema y contemplarlo, vamos a identificar en qué consiste. A ver si vamos a estar preocupados por otra cosa o preocupados en vano. Proceda de esta manera.

Ese que se repite, que va y viene, ese que en efecto usted sabe que es el auténtico problema…

Fíjelo, descríbaselo a usted mismo, no deje que se escape.

Medite estas palabras de Marco Aurelio, emperador de Roma, general, escritor, filósofo:

A los consejos anteriores, añade otro: delimitar o describir siempre la imagen que sobreviene, de manera que se la pueda ver tal cual es en esencia, desnuda, totalmente entera a través de todos sus aspectos, y pueda designarse con su nombre preciso y con los nombres de aquellos elementos que la constituyeron y en los que se desintegrará. Porque nada es tan capaz de engrandecer el ánimo, como la posibilidad de comprobar con método y veracidad cada uno de los objetos que se presentan en la vida, y verlos siempre de tal modo que pueda entonces comprenderse en qué orden encaja, qué utilidad le proporciona este objeto, qué valor tiene con respecto a su conjunto y cuál en relación al ciudadano de la ciudad más excelsa, de la que las demás ciudades son como casas. Qué es y de qué elementos está compuesto y cuánto tiempo es natural que perdure este objeto que provoca ahora en mí esta imagen, y qué virtud preciso respecto a él: por ejemplo, mansedumbre, coraje, sinceridad, fidelidad, sencillez, autosuficiencia. Meditaciones III, 11.

Vamos a utilizar el ejemplo primero que le propuse antes. Mi hija no quiere estudiar Supongamos:

Me da miedo que si no estudia, lo pase mal.

Me aterra la posibilidad de que se vaya sola al extranjero.

Sobre todo porque es una chica, si fuera un chico…

Tiene que hacer lo que yo diga, estudié esto y me ha ido bien.

Los hijos de mis amigos van a ir a la universidad. Me da vergüenza que ella no vaya.

De estas alternativas, ¿cuál es la que usted sabe que es la más importante para usted? Quizá sean más de una. Sea sincero. Está usted solo consigo mismo. Nadie se apercibe ni de sus pensamientos ni de los motivos por los que eso en concreto se constituye en un problema para usted. Quizá si más tarde lo habla con alguien, su exposición le ayudará a fijarlo y verlo fuera de sí mismo, en el espejo de otro, lo cual suele dotar de otra perspectiva las cosas y resulta muy recomendable. Pero ahora está usted solo con su propia responsabilidad.

PASO CUARTO: RAZÓN

Ya hemos conseguido atrapar a ese problema que nos preocupa o que queremos considerar. Ahora se trata de delimitar su alcance, de ver en efecto en qué consiste. Porque en muchas ocasiones, asuntos enormes quedan en nada una vez que se ve su alcance. Séneca decía que sufrimos más por el miedo de los males que por los males mismos.

De qué se trata, de qué no se trata. Punto central. Añadidos. El motivo central: ¿Qué consecuencias nos preocupan más?

Realmente: ¿qué temo?

Sigamos con el ejemplo que estamos siguiendo:

Lo que realmente me preocupa es que se vaya al extranjero.

También cómo se va a ganar la vida.

Ya hemos delimitado el problema. De entre las cinco alternativas, dos son las que nosotros mismos sabemos que nos preocupan realmente. Se va objetivando el problema, reduciéndolo, poniéndole límites. Y esa limitación también evita el miedo y permite que aportemos soluciones al mismo.

Todavía nos queda un paso más. Analizar las emociones contenidas en el problema que estamos analizando. Prácticamente todos los asuntos que nos conciernen se ven envueltos en emociones diversas, incluso contradictorias. Nadie se libra de ello porque responde a la propia manera de ser de las personas. Ninguna carece de emociones, salvo patología.

PASO QUINTO: EMOCIÓN

Los problemas vitales, los que de veras nos afectan, se encuentran teñidos de emociones, intereses, sentimientos. Mejor dicho, esos problemas también son emociones y sentimientos, porque los seres humanos somos así, con sentimientos y emociones. No existe la sola razón, al menos no en nosotros.

  • Miedo Angustia Alegría Esperanza Incertidumbre

Siguiendo el ejemplo:

  • Pienso que no está preparada.
  • Creo que es muy joven
  • Me da miedo que sea chica y abusen de ella
  • No sé si eso le va a valer para algo

Al identificar la emoción irá trazando el perfil del problema y ayudará a encontrar estrategias para afrontarlo.

PASO+: NÓESIS

Nóesis es una palabra técnica en filosofía. Quiere decir acto intencional de pensar, o sea, pensar a propósito para hacer algo. Se trata ahora de asumir todo lo que hemos experimentado acerca de lo que estamos analizando, de nuestros sentimientos, percepciones, recuerdos, imaginaciones.

Estamos trazando intenciones, que proceden de la voluntad, una vez entendido y contemplado el problema. Es el momento de establecer lo que queremos hacer frente a ese asunto.

Realmente: ¿qué temo?, ¿por qué eso es un problema?

Con el ejemplo que estamos siguiendo:

  • Buscar un trabajo en el extranjero desde aquí.
  • Aceptar que es mayor de edad.
  • Dialogar con ella para llegar a acuerdos.

Tan solo se trata de un ejemplo. En la vida real las cosas se suelen complicar más. Pero aquí le he trazado un procedimiento para aislar los problemas, encauzarlos e intentar una vía de solución.

Este último paso, el de encontrar soluciones, dependerá no solo de nosotros, sino de más gente, pero también de otras cuestiones como la oportunidad y los acontecimientos favorables. Pero si va trazando esos límites, si va aislando el problema de los miedos y emociones que lo acompañan y lo aísla respecto a otros problemas que se le puedan asociar, será un gran paso en la solución del mismo.

¿Esto me proporcionará soluciones? Espero que sí, pero ya desde el comienzo le dije que la filosofía, más que soluciones, aporta preguntas, reflexiones y procedimientos. Las soluciones a los diversos problemas que nos plantea la vida contienen siempre un grado cierto de imprevisibilidad.